Tipos de piel
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Tipos de piel

Seguramente ya te contaron que es el órgano más grande del cuerpo. No es de extrañar que sepas que participa en la producción de vitamina D… entonces, ya sabías que tiene una gran responsabilidad en  el estado de salud de tus huesos, ¿verdad? Como ya sabrás por experiencia propia, es capaz de revelar lo que estás sintiendo, por algo se pone muy roja si estás al lado de alguien que te gusta y se te pone “de gallina” cuando escuchas esa canción que marcó tu adolescencia. Como ya te habrás imaginado, hablamos de la piel.

Lo que probablemente aún no sepas, es que a lo largo de tu carrera como profesional del maquillaje, te encontrarás con muchos problemas de piel para solucionar como clientes tengas. Y esto no termina aquí, porque una vez identifiques los tipos de piel de tus clientes, te enfrentarás a la tarea de instruirlos para que la cuiden cuando tú no estés frente a ellos.

¿Cómo concientizar a tus clientes acerca de la importancia de cuidar su piel?

A través de una cruda exposición de las consecuencias de no hacerlo.

¿Cómo sonar creíble?

Con una buena historia extraída de la vida misma.

Cómo convencer a tus clientas de prestarle atención a sus tipos de piel y cuidar su cutis con base en sus características

¿Conoces el sabio proverbio de Benjamin Franklin que dice:

Cuéntamelo y lo olvidaré 

Enséñamelo y quizás lo recordaré.

Hazme partícipe y lo aprenderé?

Por lo visto, el padre de los Estados Unidos inventó mucho más que el pararrayos: fue el pionero número uno en el storytelling.

Si a lo largo de su nutrida y prolífica trayectoria, Franklin se apalancó en el poder de las historias, ¿por qué pasarlo por alto cuando nos toca cuidar la piel de nuestros clientes en maquillaje?

Algo que nosotros notábamos al asesorar a muchas de nuestras clientes en lo referente a sus tipos de piel y a cómo cuidar su piel de acuerdo a sus características, era que nuestras recomendaciones les entraban por un oído y les salían por el otro.

Como podrás imaginarte, esto tuvo importantes consecuencias en la piel de quienes postergaron el cuidado de la parte más grande y más visible de nuestro cuerpo. ¿Qué decidimos hacer? Contar las experiencias a nuestras nuevas clientes, de aquellas que subestimaron aspectos tan importantes como el paso del tiempo, los factores ambientales y, por supuesto, la sensibilidad y propensiones de los distintos tipos de piel.

¿Qué te proponemos, entonces, para que logres dar consejos efectivos al asesorar a tus clientes acerca de cómo cuidar su piel? ¡Que uses nuestras historias!

En esta profesión, vale plagiar si se trata de inculcar en quienes confían en nosotros hábitos saludables y efectivos para conservar su piel saludable a través del paso del tiempo. Así que siéntete libre de contarles estas historias a tus clientes mientras les haces un tratamiento hidratante intensivo en su cutis o durante los minutos que dure la sesión de maquillaje.

Antes de comenzar, te aclaramos que cualquier semejanza de lo que leerás con la realidad, NO ES MERA COINCIDENCIA. Sin embargo, los nombres fueron cambiados para preservar la privacidad de nuestras clientes.

La importancia de determinar los tipos de piel y la triste historia de Andrea – un caso de la vida real

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Existen cuatro tipos de piel: normal, grasa, seca y mixta. Cada una de ellas tiene sus ventajas y sus desventajas. Idealmente, sacaremos provecho de las ventajas y volcaremos toda nuestra atención y cuidados en las desventajas.

Andrea tenía piel grasa. Eso no hubiera sido problema de habernos escuchado cuando le aconsejamos no usar productos que resecaran su piel y que se olvidara de los exfoliantes. Sin embargo, Andrea había heredado los consejos equivocados de los noventa, década fatal en lo referente al cuidado de los diferentes tipos de piel, así que, a pesar de que se lo pedimos casi que de rodillas, Andrea utilizó exfoliantes y productos que le secaban la piel.

Un día vino a nosotros en un estado de shock. ¿Qué le había sucedido a Andrea, a la hermosa Andrea? Le había ocurrido algo que ahora tú podrás ahorrarles a tus clientes si les cuentas esta triste historia: había tenido una cita con ese hombre que hacía meses le encantaba tanto y, en medio de la conversación él le dijo que ella le gustaba mucho. En realidad le dijo que le gustaba tanto, que no le importaba que fuera mayor que él.

¡Mayor que él!

¿Cómo había llegado a esa conclusión tan errónea (Andrea era siete años menor que el hombre de sus sueños)? Debido a lo mustia y apagada que había quedado su piel como consecuencia del uso, casi a diario, de productos que remueven el sebo de la piel.

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Al rescate de Andrea y de su piel grasa

Te estarás preguntando si pudimos solucionar el problema de Andrea y la respuesta es que sí, aunque nos tardó casi un año llevar su piel a las condiciones que siempre debió tener.

Lo primero que hicimos fue, literalmente, tirar su exfoliante a la basura y lo cambiamos por una buena leche de limpieza. Las leches de limpieza tienen la facultad de lograr que el sebo que se encuentra presente en la piel se oxide y que su viscosidad se vea reducida.

Lo siguiente fue directamente regalarle nuestro hidratante rico en ácido linoleico. Es posible que te encuentres con clientas que, como Andrea, creen que a las pieles grasas no se las debe hidratar. ¡Falso, mil veces falso! Las pieles grasas tienen un alto contenido de ácido oleico, es decir, de ácidos omega 3. Lo que hay que hacer, por lo tanto, es equilibrarla con hidratantes que le aporten omega 6, es decir, ácido linoleico.

Como habrás descubierto a través de la historia de Andrea, es que la clave está en hacer una mezcla de productos acertada y efectiva de acuerdo a los tipos de piel de tus clientas.

Cuando llegue a ti una cliente con piel grasa, recomiéndale productos que contengan bardana, aloe vera, manzanilla, óxido de zinc y aceite esencial de salvia.

¡Ah! Y, por favor, pídele que no se olvide de tonificar su piel después de cada limpieza, pero que lo haga con un tónico hidratante descongestivo.

La terrible experiencia de Maura y su piel seca

Tener la piel seca no es fácil. La propensión a la dermatitis, el enrojecimiento y la constante amenaza de la espada de Damocles que son las arrugas, hacen que tener la piel seca nos lleve a ocuparnos de ella mucho más que de los otros tipos de piel. El problema viene cuando el remedio es peor que la enfermedad, y eso fue precisamente lo que le sucedió a Maura.

Maura tenía una piel muy seca a pesar de que estaba en los albores de sus veinte. Pero eso era algo que solo un profesional podía notar, ya que su rostro estaba siempre brillante y oleoso, así que ya sabíamos por dónde venían sus intentos por solucionar su problema.

<<Maura, no puedes usar vaselina para combatir la piel seca. Puede tener consecuencias fatales para tu piel. Necesitas hacerte una limpieza dos veces al día con un producto de limpieza especial para pieles secas y usar una crema hidratante desarrollada específicamente para la piel seca.>>

Ella nos agradecía el consejo y cambiaba de tema. Sabíamos que esto no podía terminar bien.

Así fue que un miércoles, Maura vino para que le armáramos un look para una boda que tenía el sábado… y lo primero que tuvimos que hacer fue agendarle una cita para maquillarla tres horas antes para ver si al menos podríamos disimularle el tremendo acné que se había apoderado de su rostro.

No nos gusta para nada decir <>, así que no lo hicimos. Pero sí que le hicimos especial énfasis en que no volviera a usar vaselina para hidratar su piel, porque una de sus consecuencias es el acné.

Maura fue a su boda aquel sábado, con un look que deslumbró tanto que casi nadie notó el acné debajo de las capas de maquillaje, algo que está totalmente contraindicado y solo puede recurrirse a ello en emergencias como esta. Sin embargo, tuvo que batallar varias semanas con su acné, hasta que finalmente lo venció.

¿Tienes la piel seca? Entonces no hagas como Maura.

Lo que debes hacer es tener total constancia para limpiar tu piel dos veces al día con un producto especial para pieles secas. Hazlo con movimientos circulares y presionando apenas. Nunca te frotes la piel, no uses exfoliantes por nada del mundo ni mucho menos jabones.

El siguiente paso es aplicar la loción tónica con pequeños toques que realizarás con un algodón embebido en ella. Elige una loción específica para piel seca, ya que enriquecerá tu piel además de cerrar tus poros.

Para cerrar esta rutina de limpieza, aplícate la crema humectante, siempre con suaves movimientos circulares. Asegúrate de elegir una crema especial para piel seca. Dispones de cremas con texturas livianas, tipo gel, así como también de otras más gruesas.

Por la noche, usa cremas densas que tengan ácido hialurónico, ya que este ingrediente rellena las arrugas y previene la aparición de nuevas de ellas.

O también… puedes ir un paso más allá y seguir la rutina de las mujeres asiáticas. Antes de contarte cuál es, te preguntamos: ¿Alguna vez has visto a una mujer china, japonesa o singapurense, con arrugas en el rostro? Es verdad que la genética las ayuda (algo que tú puedes sustituir bebiendo mucha agua y tomando un complejo vitamínico especialmente diseñado para nutrir la piel dese adentro, pero también las ayuda el layering.

El layering consiste en aplicar capas de productos para la piel. ¿Funciona? ¡Muchísimo! Pero la clave está en hacerlo en el orden correcto. Para esquivar las arrugas que se quieren instalar cómodamente en el rostro de quienes tienen piel seca, lo mejor es usar un sérum antiarrugas. Pero, ¿cuándo? Inmediatamente después de aplicar la loción tónica. Una vez la piel lo haya absorbido, recién entonces podrás proseguir con la crema hidratante.

Una buena rutina de cuidado de la piel hará que te olvides que tienes piel seca.

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Silvia y su error al cuidar su piel mixta

Aquellos rostros en los que convergen dos o más tipos de piel son rostros de piel mixta. La combinación más habitual es la de piel grasa y seca, con su famosa zona T (frente, nariz y mentón) grasa y el resto con piel seca. Sin embargo, combinaciones de piel seca con normal y grasa con normal, también son posibles.

La recomendación de base para cuidar este tipo de piel es no aplicarle cosméticos con aceite en la zona grasa. Sin embargo, sí hay que evaluar usar las que contienen aceite en las zonas más secas. Y ahí fue que Silvia se equivocó.

A pesar de que le recomendamos que se aplicara una crema con mayor porcentaje de agua en la zona T y que se hidratara con una crema oleosa en las mejillas, Silvia no nos hizo caso. ¿Qué le sucedió? Después de casi medio año de centrarse en reducir el brillo de su rostro y de arrasar con su capa protectora en las zonas secas, Silvia sufrió un severo enrojecimiento en sus mejillas, lo que la hizo terminar en un consultorio dermatológico.

¿Aprendió la lección? Sí, lo hizo, pero nos hubiera encantado que se hubiera ahorrado este mal trago.

Afortunadamente, aún estamos a tiempo de prevenir te a ti, así que presta mucha atención a tu rutina de cuidado de la piel mixta:

  • Límpiala dos veces al día, no más.
  • Aplica un tónico que te hidrate.
  • Ponte un antioxidante.
  • Aplícate crema hidratante oleosa en las mejillas, en el contorno de ojos y de labios, y una crema libre de aceites en la zona T.

Nunca te laves la cara con agua caliente, ya que fomenta la producción de sebo. De modo que en verano benefíciate de las bondades del agua fría y en invierno no pases del agua apenas tibia.

Lo mejor es usar un jabón o loción limpiadora especial para pieles mixtas por las mañanas, mientras que antes de irte a dormir se recomienda usar un limpiador facial que humecte, ya que necesitarás recuperar la humedad perdida durante el día.

Por último, ¡no te obsesiones con la limpieza! Piel grasa no es sinónimo de piel sucia. Si limpias tu rostro varias veces al día, terminarás generando el tan temido efecto rebote, que consiste en que tu piel produzca un exceso de sebo para compensar todo lo que le estás sacando. Recuerda: la piel tiene la función de protegerte, así que necesita conservar su barrera de defensa para cumplir con su función.

El cuidado de la piel normal

Afortunadamente, no tenemos una historia catastrófica en torno a la piel normal, pero ¡queremos evitarla! Así que toma nota cómo debes cuidar a tu piel si tienes la suerte de que sea normal:

  • Límpiala por las mañanas y por la noche.
  • Puedes exfoliarla una vez por semana con un producto especial para este propósito.
  • Aplica el tónico
  • Hidrata

Al tener una piel que siempre se mantiene flexible y firme, y presenta un aspecto saludable, tienes más opciones en la elección de productos. Para limpiarla puedes elegir un formato de gel o de leche de limpieza, siempre que sean para pieles normales.

Un tónico descongestivo te favorecerá notablemente y un hidratante nutritivo a base de agua será perfecto para mantener la barrera protectora y la humedad en las células de la piel. Si presentas líneas de expresión o arrugas, aplícate un sérum o una crema con ácido hialurónico, siempre antes de la crema humectante.

Por último, ten presente que una piel normal necesita de tus cuidados a diario si quieres que se note que es normal y puedas lucir las características de este tipo de piel toda la vida.

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Cómo preparar tu piel para el maquillaje

Ya sea que te maquilles a diario o en ocasiones especiales, preparar tu piel es requisito fundamental para que tu look se vea impecable y para que tu piel esté protegida. Vamos a los pasos que deberás recomendarle a tus clientas de maquillaje:

  • Limpia la piel de acuerdo a las características que hemos visto.
  • Si tu clienta usa exfoliante, el momento previo al maquillaje es perfecto para aplicarlo.
  • Aplica el tónico. Usa uno que reduzca la apariencia de poros abiertos.
  • Aplica el sérum (si es que tu clienta usa) y la crema hidratante.

La elección de los productos dependerá del tipo de piel de tu clienta. Seguir estos pasos con rigurosidad es lo que te garantizará un maquillaje duradero y una piel saludable. Si no aplicas la crema humectante, lo que sucederá será que la piel se servirá de la hidratación que le proporcione la base del maquillaje, algo muy poco saludable y, además, perfecto para que el maquillaje se desvanezca en menos de medio día.

Guarda bien estos consejos y explícaselos a tus clientas de maquillaje. Recuerda: puedes usar las historias de Andrea, Maura y Silvia, para explicar las posibles consecuencias de no cuidar la piel de forma adecuada.

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