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Convertirte en un profesional del maquillaje es un logro que te dará satisfacciones en tu día a día. Cuando veas la transformación que has logrado en esa clienta, que llegó a ti con dudas acerca de su maquillaje y, muy especialmente, cómo este cambio afecta positivamente en su autoestima, te sentirás un profesional realizado o realizada.
Para llegar a esos resultados, no solo tendrás que dominar en profundidad las técnicas del maquillaje y sus instrumentos de aplicación, sino que también deberás conocer los tonos de piel.
Porque en el tono de piel de tu clienta es que basarás la colorimetría del maquillaje. Como verás en este artículo, el maquillaje es un arte que tiene unas reglas bastante estrictas para que resulte exitoso y, así, logre transmitir el mensaje de forma que impacte positivamente en quienes observan.
En lo referente al tono de piel, se pueden agrupar en las siguientes clasificaciones:
El efecto que queremos lograr en el tono de piel claro es el de encenderla. Para ello, utilizaremos la gama de los rosados, ya que, además, le dará a la piel de tu cliente un aspecto saludable, que siempre es muy deseable.
El rosado, tanto claro como intermedio, le dará a este rostro un aire angelical que lo favorecerá enormemente cuando llegue el momento de pintar los labios. Para la noche, el rojo les sienta maravillosamente a las pieles claras.
Con las sombras de ojos tendremos la posibilidad de jugar con una gama más amplia, ya que, además de tener la posibilidad de aplicar rosados, y saber que tendremos éxito, también serán bien recibidos los neutros (marrón, gris e incluso el negro), el marfil y la gama de los verdes.
En el caso de las mujeres de piel clara con ojos también claros, los tonos de sombra de ojos que más las favorecen son aquellos que puedan aportar profundidad a su mirada. Los tonos que pueden lograr esto son los neutros y los claros. Por lo tanto, lucirán realmente especiales con los marrones, los verdes, los grises y los rosados, siempre en sus tonalidades más claras.
En cambio, las mujeres con tono de piel claro, pero de ojos oscuros, se verán mejor con la misma gama de colores, pero en su versión más oscura. Incluso podrás usar el dorado con ellas, algo que no sería una decisión acertada en ojos claros.
Toda la gama de pieles morenas pertenecen al tono oscuro y el color que más la favorece es el dorado, ya que les aporta la luminosidad necesaria para contrastar con su opacidad natural.
Cuando llega la hora de aplicarle sombra de ojos al tono de piel oscuro, las que más favorecen a tu cliente son las que abarcan los tonos de verde, rojo, anaranjado, tierra, bronce, caramelo y, por supuesto, dorado.
Ante un tono de piel moreno o afrodescendiente, pero con ojos claros, las sombras que mejor van son las azules oscuras, las marrones y las rosadas. El color estrella para esta combinación de piel y ojos es el verde, siempre y cuando no sea ni claro ni intenso.
Cuando se tiene ojos oscuros, lo que más beneficiará a tu cliente serán los verdes y azules intensos, los marrones y el negro.
Cuanto más oscura sea la piel, más podrás arriesgarte a aplicar tonos más vivaces. De modo que puedes probar con verdes, violetas, rojos y anaranjados, en sus versiones más estridentes, especialmente para la noche o en la tarde. Durante el día, podrás contrastar su color de piel con tonos claros y lograrás un efecto suavizante muy favorable para su imagen.
El labial suele ser lo último que aplicamos en el maquillaje y, por consiguiente, tiene el poder de potenciar toda nuestra obra o de dinamitarla. Veamos, entonces, qué hacer y qué no hacer con la colorimetría de los labiales según el tono de piel de tu cliente.
A tus clientes con este tono de piel, podrás aplicarles para el día los rosados claros y encendidos, los corales y el fucsia. Pero, cuando llegue la noche, se verán especialmente radiantes con los rojos.
El color que nunca deberías usar en labiales con ellas es el marrón, en ninguno de sus tonos.
Durante el día y dependiendo del color de sombras que hayas usado, se verán muy bien los labios pintados de anaranjado, tonos tierra, marrón, rosado, carmín, coral y fucsia. Para la noche, en cambio, el ideal es el rojo.
No favorecen a este tono de piel los labiales en la gama de los violetas y de la lavanda.
Durante el día, los colores que mejor le sientan a este tono de piel son el cobre, el coral, el durazno, los morados, el rojo guinda, los tonos tierra y el durazno. En cambio, cuando llega la noche, el rojo intenso y el color borra de vino.
No utilices lavanda, fucsia ni nude con este color de piel.
Ahora que ya sabes cuáles son los tonos de piel y los colores que los favorecen, ya sabes qué paleta utilizar con cada una de tus clientes. Te invitamos a quedar atenta o atento a nuestra próxima publicación, ya que en ella hablaremos de los subtonos de piel, un detalle vital para lograr un maquillaje personalizado al máximo.
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